EPOC: respirar mal no es vivir bien
Se trata de una enfermedad inflamatoria crónica de los pulmones que produce inflamación de los bronquios, excesiva mucosidad y lesión del tejido pulmonar. Aunque su aparición se asocia al tabaquismo, no todos los fumadores desarrollan EPOC (sólo un 15% aproximadamente), lo cual indica que hay factores constitucionales que predisponen a la enfermedad: de hecho, es frecuente encontrar varios casos en una familia. Otros factores que contribuyen a sufrirla son la contaminación atmosférica, el trabajo en ambientes con mucho polvo, las alergias y las infecciones respiratorias. La gravedad de la enfermedad depende de si se fuma, cuánto y desde cuándo.
Al tratarse de una enfermedad de las vías respiratorias, la sensación de ahogo que llega a provocar, constante y muy intensa, es el origen de la ansiedad, depresión e, incluso el aislamiento social que sufre este tipo de pacientes.
Aunque la tecnología innovadora, seguir un tratamiento adecuado y unos hábitos saludables mejoran notablemente la calidad de vida de quien la padece y evita que su estado se agrave, lamentablemente es una enfermedad todavía irreversible. De ahí la importancia de detectarla a tiempo; algo que, sin embargo, no siempre es fácil porque los síntomas se manifiestan lentamente y en sus inicios se pueden confundir con señales de otras enfermedades de menor importancia. Hablar con un neumólogo tan pronto se sienta cualquier síntoma —tos diaria, irritativa con esputos espesos y pegajosos difíciles de expulsar o dificultad para respirar (disnea) son los más característicos y preocupantes— nos sacará de dudas.
Normalmente, la EPOC implica enfisema (cuando los alveolos, las bolsitas de aire de los pulmones, se dañan) y bronquitis crónica (que ocurre cuando los bronquios se inflaman y el paciente sufre tos con mucosidad) al mismo tiempo, a lo que hay que añadir un peor estado psicológico y sufrimiento psiquiátrico, consecuencias emocionales de primer orden en los pacientes con EPOC que, a diferencia de otras enfermedades crónicas, les genera una sensación generalizada de vulnerabilidad.
Por ello es importante que los enfermos de EPOC estén debidamente asesorados facultativamente y convenientemente concienciados acerca de lo que pueden hacer o no si quieren mejorar su calidad de vida pero, como recomendaciones generales, se aconseja dejar de fumar si es el caso, hacer ejercicio regular y seguir estricta y metódicamente las indicaciones del especialista. Además de la nueva aparatología que ayuda a entrenar la respiración, mejorar la fuerza pulmonar y, por tanto, la resistencia física, también hay dispositivos que informan sobre las constantes vitales del paciente sin tener que desplazarse a un centro médico, inhaladores y humificadores que mejoran notablemente la calidad de vida de los enfermos o ejercicios de fisioterapia respiratoria, muy fáciles de hacer, que ayudan muchísimo.
05-08-2017
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