¿Cuándo acudir al hospital por urgencias pediátricas?

La salud de los niños es una preocupación constante para padres, madres y cuidadores. Ante el primer signo de malestar o enfermedad, surge la duda de si es necesario acudir a urgencias o si se puede esperar para ir al pediatra de confianza. Esta decisión puede ser especialmente difícil en momentos de estrés o preocupación por el bienestar del pequeño. 

Entender cuándo actuar de manera rápida y efectiva ante una situación de urgencia es fundamental, especialmente cuando se trata de la salud de los niños. A menudo, las circunstancias que parecen más alarmantes no son necesariamente una urgencia pediátrica en el sentido más estricto. Es crucial saber distinguir entre una verdadera emergencia pediátrica y una situación que, aunque pueda parecer grave a primera vista, no lo es.

El propósito de este artículo es ofrecer pautas claras y precisas que ayuden a discernir cuándo es esencial buscar atención médica de urgencia para nuestros hijos. 

¿Cuáles son las urgencias pediátricas más habituales?

Las urgencias pediátricas más habituales varían según la edad del niño, presentando distintos riesgos y predisposición a ciertas enfermedades en cada etapa de su crecimiento. Las razones más comunes para buscar atención urgente en pediatría suelen ser: 

1. Afecciones respiratorias

Bronquiolitis: Son un motivo de consulta muy frecuente en los primeros meses de vida, con mayor incidencia en los meses de invierno.

Asma: Crisis asmáticas que pueden requerir atención urgente para manejar la dificultad respiratoria.

Laringitis: Común en niños pequeños, caracterizada por tos perruna, ronquera y dificultad respiratoria.

2. Infecciones

Fiebre: Sin duda, una de las mayores preocupaciones que lleva a las familias a consultar a los Servicios de Urgencias Pediátricos

Infecciones de orina: Muy comunes en la infancia, especialmente en niñas menores de 2 años y en niños por debajo de los 12 meses.

Gastroenteritis: Cuadros de deposiciones de menor consistencia de la habitual asociando en ocasiones vómitos y/o fiebre.

Meningitis: Reconocida por síntomas como fiebre alta, dolor de cabeza y rigidez de cuello. Requiere atención inmediata.

Sepsis: Una respuesta extrema a una infección que debe ser tratada rápidamente. Se caracteriza por un mal estado general, somnolencia, decaimiento y en ocasiones manchitas rojas que no desaparecen al presionarlas.

3. Problemas Gastrointestinales

Gastroenteritis: Vómitos y diarrea persistentes, especialmente preocupantes por el riesgo de deshidratación en niños.

4. Traumatismos y lesiones

Fracturas y esguinces: Comunes en niños activos y adolescentes.

Conmociones cerebrales: Lesiones en la cabeza que pueden requerir evaluación para descartar daños serios.

5. Reacciones alérgicas graves

Anafilaxia: Una reacción alérgica grave que puede incluir dificultad para respirar, hinchazón y urticaria. Requiere tratamiento inmediato.

6. Problemas neurológicos

Convulsiones: La primera convulsión o convulsiones no controladas pueden necesitar evaluación urgente.

Alteraciones de la conciencia: Dificultad para despertarse, somnolencia excesiva o confusión repentina.

7. Fiebre

Fiebre alta: Especialmente en bebés menores de 3 meses o fiebre que no mejora con medicación en niños mayores.

¿Cuándo acudir a urgencias pediátricas?

En el cuidado de nuestros hijos, enfrentarnos a una situación de urgencia puede ser un momento de gran incertidumbre y preocupación. Saber cuándo es esencial buscar atención médica urgente es clave para su bienestar. A continuación, se describen los síntomas, comportamientos y casos de accidentes que requieren una respuesta rápida y la intervención de profesionales de urgencias pediátricas.

Síntomas por los que acudir a urgencias pediátricas

Síntomas respiratorios: Busca atención inmediata si el niño presenta dificultad severa para respirar, lo cual puede manifestarse por retracciones costales, respiración acelerada, pausas respiratorias o somnolencia. También en casos de atragantamiento con dificultad para respirar, vómitos constantes o salivación excesiva.

Síntomas cutáneos: Acude a urgencias si observas mala coloración de la piel (palidez, moteado, tonalidades azuladas o grises, o aspecto de veteado similar al mármol), aparición repentina de manchas rojas que no desaparecen al presionar la piel, o hinchazón de labios o párpados con dificultad para respirar (lo que puede indicar una reacción alérgica grave).

Otros síntomas: Se requiere atención urgente ante dolor abdominal intenso y persistente, ausencia o disminución notable de la orina, vómitos o diarrea intensos que continúan por más de 24 horas y podrían estar causando deshidratación, rigidez en el cuello y la nuca, o pérdida de conocimiento.

Comportamiento por el que acudir a urgencias pediátricas

Estimulación y respuesta: Acude a urgencias si el niño no responde adecuadamente a estímulos, muestra irritabilidad o somnolencia excesiva sin razón aparente.

Movimientos anormales: Es necesario buscar atención médica inmediata si el niño presenta convulsiones o cualquier tipo de movimientos inusuales y no controlados.

En caso de accidente

Heridas y sangrados: Una herida profunda que sangra abundantemente y no se detiene tras aplicar presión directa durante diez minutos, o que parece requerir sutura, debe ser tratada en urgencias.

Fracturas: Si se observa deformidad en una extremidad o hay evidencia de fractura abierta (el hueso es visible), es crucial buscar atención médica urgente.

Contusiones en la cabeza: Cualquier golpe en la cabeza, seguido de pérdida de conocimiento requiere una evaluación inmediata en urgencias.

Ingesta de objetos o sustancias peligrosas: En caso de que el niño ingiera objetos peligrosos como pilas, imanes, objetos punzantes o sustancias tóxicas, así como en situaciones de sobredosificación o dosificación errónea de medicamentos, es necesario acudir a urgencias. Para casos de intoxicaciones, también se puede contactar al Teléfono de Urgencias Toxicológicas: 91 562 04 20, disponible las 24 horas.

¿La fiebre infantil es siempre un motivo para acudir a urgencias?

La fiebre en los niños no siempre es motivo para acudir a urgencias. Generalmente, la fiebre es un indicador de que el cuerpo del niño está luchando contra una infección y hay ciertas circunstancias en las que sí es recomendable buscar atención médica de urgencia:

Bebés menores de 3 meses: Si un bebé tiene una temperatura rectal de 38°C (100.4°F) o más.

Fiebre alta persistente: Cuando la fiebre es superior a 39°C (102.2°F) y no mejora con medicamentos antifebriles o reaparece tras mejorar.

Signos de deshidratación: Poca orina, llanto sin lágrimas, somnolencia o irritabilidad extrema.

Síntomas acompañantes: Erupciones cutáneas, dificultad para respirar, rigidez de nuca, dolor al orinar, vómitos persistentes, dolor de cabeza intenso, somnolencia o irritabilidad, convulsiones.

En casos en los que la fiebre se acompaña de un buen estado general del niño, es decir, el niño sigue jugando, comiendo y bebiendo normalmente, y no presenta otros síntomas preocupantes, es probable que no sea necesario acudir a urgencias. Sin embargo, siempre es recomendable consultar al pediatra para obtener una orientación adecuada según el caso específico.

Las opiniones reales de expertos sobre urgencias pediátricas

Daniel de la Rosa, Jefe de Servicio de Urgencias Pediátricas en HUSR en Maspalomas nos comenta que “las urgencias pediátricas más habituales son: fiebre, infecciones respiratorias tanto de las vías aéreas altas como de las bajas  y ahora además, se está viviendo un cierto repunte en patologías de salud mental en adolescentes”. 

Frente a las situaciones de emergencias médicas pediátricas, os recomendamos mucha prudencia y, en caso de dudas, consultar siempre a profesionales capacitados. Saber cuándo es el momento adecuado para acudir a urgencias puede marcar una gran diferencia. Para aquellos momentos en los que  surja la preocupación y necesites un hospital de urgencias pediátricas, en Hospitales Universitarios San Roque ofrecemos un servicio de primer nivel.