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El cáncer de pulmón se puede prevenir
Neumología

El cáncer de pulmón se puede prevenir

DEFINICIÓN

Cuando hablamos de cáncer de pulmón se identifican diferentes tipos de tumores que se originan en las células del aparato respiratorio, principalmente de los bronquios. Suelen ser tumores muy agresivos que fácilmente invaden otras estructuras del pulmón o próximas a él como la pleura, los músculos, los ganglios o el corazón, por lo que la prevención es prioritaria. El cáncer de pulmón es el tumor más frecuente en el mundo, con 900.000 casos nuevos por año en hombres y 330.000 en mujeres.

Este tumor maligno puede crecer de tres maneras: 

1. Crecimiento local: se produce por invasión en profundidad a través de la pared pulmonar (de dentro a fuera). Puede afectar a estructuras de alrededor, que serán diferentes en función de la localización del tumor en el pulmón (central o periférico, superior o inferior), de manera que puede llegar a afectar al corazón, los grandes vasos, el esófago o los cuerpos vertebrales.
2. Diseminación linfática: se realiza a través de la linfa. Cuando los tumores están localizados en el tercio medio e inferior de los pulmones se afectan, fundamentalmente, los ganglios del mediastino (zona anatómica situada entre los dos pulmones donde se encuentran estructuras tan importantes como el corazón, la tráquea, el esófago, y los grandes vasos). Cuando los tumores están situados en el tercio superior, los ganglios más afectados son los supraclaviculares (por encima de las clavículas).
3. Diseminación hematógena: se realiza a través de los vasos sanguíneos, preferentemente hacia el hígado, glándulas suprarrenales (situadas encima de los riñones), cerebro y huesos.

INCIDENCIA GLOBAL DEL CÁNCER EN ESPAÑA

La incidencia global prevista de cáncer para la población española en el año 2015 es de 222.069 personas (136.961 varones y 85.108 mujeres), siendo el tipo más frecuente el cáncer colorrectal, por delante, en términos globales, del cáncer de pulmón y el cáncer de mama.

Incidencia de cáncer en España por tipo de tumor (estimado año 2015)

Tabla 1

Según datos calculados por la SEOM, más de 220.000 personas serán diagnosticadas de cáncer en España en el año 2015, siendo el de mayor incidencia el colorrectal, seguido por el de pulmón.

La incidencia global de cáncer en varones (excluyendo los casos de cáncer de piel no melanoma) calculada para el año 2015 es de 136.961 casos. El tipo de tumor más frecuente será el cáncer de pulmón. Los diagnósticos siguientes con mayor frecuencia serán el cáncer de próstata y colorrectal.

La incidencia global prevista de cáncer en mujeres españolas en el año 2015 es de 85.108, siendo el de mayor incidencia el de mama, seguido por el colorrectal y los tumores ginecológicos entre los que se incluyen los tumores de útero, ovario, trompas de Falopio y cáncer de cérvix.

FACTORES DE RIESGO QUE FAVORECEN EL CÁNCER DE PULMÓN

  • Tabaco: Es la principal causa. El humo de tabaco, con su elevada concentración de carcinógenos, va a parar directamente al aire y es inhalado tanto por los fumadores, como por los no fumadores. Un fumador tiene un riesgo de padecer cáncer de pulmón de 10 a 30 veces superior a un no fumador. Dejar de fumar reduce de manera significativa el riesgo de desarrollar esta patología así como de contraer otras enfermedades relacionadas con el tabaco, como las enfermedades del corazón, el enfisema y la bronquitis crónica.
  • Predisposición genética: Se sabe que el cáncer puede estar causado por mutaciones (cambios) del ADN, que activan oncogenes o provocan que los genes supresores de tumores permanezcan inactivos. Algunas personas heredan mutaciones del ADN de sus padres, lo que aumenta en gran medida el riesgo de desarrollar cáncer.
  • Efectos del radón: El radón es un gas radiactivo que se halla en las rocas y en el suelo de la tierra y que se forma por la descomposición natural del radio. Al ser invisible e inodoro, la única manera de determinar si uno está expuesto al gas es medir sus niveles. Además, la exposición al radón combinada con el cigarrillo aumenta significativamente el riesgo de contraer cáncer de pulmón. Por lo tanto, para los fumadores, la exposición al radón supone un riesgo todavía mayor.
  • Exposición a carcinógenos: El amianto es tal vez la más conocida de las sustancias industriales relacionadas con el cáncer de pulmón, pero hay muchas otras como el uranio, arsénico, ciertos productos derivados del petróleo, etc.
  • Agentes causantes de cáncer en el trabajo: Entre las personas con riesgo se encuentran los mineros que tienen posibilidad de inhalar minerales radiactivos, como el uranio, y los trabajadores expuestos a productos químicos como el arsénico, el cloruro de vinilo, los cromatos de níquel, los productos derivados del carbón, el gas de mostaza y los éteres clorometílicos.
  • Marihuana: Los cigarrillos de marihuana contienen más alquitrán que los de tabaco. Igualmente, el humo se inhala profundamente y se retiene en los pulmones por largo tiempo.
  • Polvo de talco: Algunos estudios llevados a cabo en mineros y molineros de talco sugieren que éstos tienen un mayor riesgo de desarrollar dicha enfermedad debido a la exposición al talco de calidad industrial. Este polvo, en su forma natural, puede contener amianto.
  • Otros tipos de exposición a minerales: Las personas con silicosis y beriliosis (enfermedades pulmonares causadas por la inhalación de ciertos minerales) también tienen un mayor riesgo de padecer cáncer de pulmón. 
  • Exceso o deficiencia de vitamina A: Las personas que no reciben suficiente vitamina A tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer de pulmón. Por otra parte, tomar demasiada vitamina A también puede aumentar el riesgo. 
  • Contaminación del aire: En algunas ciudades, la contaminación del aire puede aumentar ligeramente el riesgo del cáncer de pulmón. Esta posibilidad es mucho menor que la que provoca el hábito tabáquico.

PREVENCIÓN

Entre el 80 y el 90 por ciento de los cánceres de pulmón se desarrollan en fumadores o en personas que han dejado de fumar hace poco tiempo. Por este motivo, la mejor forma de prevenir la aparición de la enfermedad es dejar de fumar. El riesgo de tener cáncer de pulmón de un exfumador se iguala al de un no fumador cuando han transcurrido 15 años aproximadamente. Las fibras de asbesto, cristales parecidos al cabello que se producen en muchas rocas y que se utilizan como aislante o como material de construcción a prueba de incendio, pueden irritar los pulmones. De hecho, los fumadores que en el trabajo están expuestos al asbesto (reparación de frenos, aislamiento o construcción naval, por ejemplo) tienen más riesgo de tener cáncer de pulmón. Utilizar equipos de protección para respirar puede reducir ese riesgo.

MANIFESTACIONES CLÍNICAS

Según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), las personas que tienen cáncer de pulmón suelen presentar la mayoría de las veces los mismos síntomas (aunque no siempre es así) o síntomas similares a otras enfermedades que no son mortales. Estas manifestaciones son:

  • Cansancio. 
  • Pérdida de apetito.
  • Tos seca o con flemas.
  • Tos con sangre en el esputo.
  • Dificultad para respirar (disnea).
  • Dolor.

 

En algunos casos, los pacientes no presentan síntomas y el cáncer se suele detectar mediante una radiografía en los pulmones que se realiza por otros motivos. Sin embargo, la mayoría de los diagnósticos se producen cuando el tumor crece y empieza a interferir con los órganos y estructuras cercanos a los pulmones. Desde la SEOM apuntan que los tumores de pulmón pueden generar líquidos que se acumulan en el pulmón o alrededor de él provocando su colapso. Si el tumor presenta metástasis los pacientes pueden desarrollar otros síntomas en los pulmones, los huesos, los ganglios linfáticos, el cerebro, el hígado y/o las glándulas suprarrenales que dificultan el buen funcionamiento de los mismos.

TIPOS

Según la apariencia de las células al ser examinadas a través del microscopio, los cánceres de pulmón pueden dividirse en dos tipos:

1. Cáncer de pulmón de células no pequeñas: Este tipo se desarrolla en personas fumadores, ex fumadores, fumadores pasivos o personas que han estado expuestas al radón. Los tipos principales de cáncer de pulmón de células no pequeñas reciben su nombre dependiendo del tipo de células encontradas en el cáncer: carcinoma escamocelular (también llamado carcinoma epidermoide), adenocarcinomas, carcinoma de células grandes, carcinoma adenoescamoso y carcinoma no diferenciado.

2. Cáncer de pulmón de células pequeñas: Sólo se desarrolla en fumadores y ex fumadores.

DIAGNÓSTICO

Debido a que los síntomas del cáncer de pulmón a menudo no se manifiestan hasta que la enfermedad está avanzada, solamente un 15 por ciento de los casos se detectan en sus etapas iniciales. Muchos casos de cáncer de pulmón en etapa precoz se diagnostican accidentalmente, como resultado de pruebas médicas que se llevan a cabo por otro problema de salud no relacionado con el cáncer. 

Una biopsia del tejido del pulmón sirve para confirmar o desmentir un posible diagnóstico de cáncer, además de proporcionar información valiosa para determinar el tratamiento adecuado. Si finalmente se detecta un cáncer de pulmón, se realizarán pruebas adicionales para determinar hasta qué punto se ha propagado la enfermedad, entre ellas:

Historial clínico y examen físico

En el historial clínico se registran los factores de riesgo y los síntomas que presenta el paciente. El examen físico proporciona información acerca de los indicios del cáncer de pulmón y otros problemas de salud.

Estudios radiológicos

Estos estudios utilizan rayos X, campos magnéticos, ondas sonoras o sustancias radiactivas para crear imágenes del interior del cuerpo. Con frecuencia se utilizan varios estudios radiológicos para detectar el cáncer de pulmón y determinar la parte del cuerpo adonde haya podido propagarse. La radiografía de tórax se suele utilizar para ver si existe alguna masa o mancha en los pulmones.

Tomografía computarizada (TC). Da información más precisa acerca del tamaño, la forma y la posición de un tumor, y puede ayudar a detectar ganglios linfáticos aumentados de tamaño que podrían contener un cáncer procedente del pulmón. Las tomografías computarizadas son más sensibles que las radiografías de tórax de rutina para detectar los tumores cancerosos en etapa inicial.

Tomografía por emisión de positrones (PET). Utiliza un indicador radiactivo sensible de baja dosis que se acumula en los tejidos cancerosos. Las tomografías óseas requieren la inyección de una pequeña cantidad de sustancia radiactiva en una vena. Esta sustancia se acumula en áreas anormales del hueso que pueden ser consecuencia de la propagación del cáncer.

Citología de esputo

Se examina en el microscopio una muestra de flema para ver si contiene células cancerosas.

Broncoscopia

Se introduce un tubo flexible iluminado a través de la boca hasta los bronquios. Este procedimiento puede ayudar a encontrar tumores localizados centralmente u obstrucciones en los pulmones. También puede utilizarse para hacer biopsias o extraer líquidos que se examinarán con el microscopio para ver si contienen células cancerosas.

Mediastinoscopia

Se hace un corte pequeño en el cuello y se introduce un tubo iluminado detrás del esternón. Pueden utilizarse instrumentos especiales que se manejan a través de este tubo para tomar una muestra de tejido de los ganglios linfáticos mediastínicos (a lo largo de la tráquea y de las áreas de los principales tubos bronquiales). La observación de las muestras con un microscopio puede mostrar si existen células cancerosas.

Análisis de sangre

Con frecuencia el especialista puede realizar ciertos análisis de sangre para ayudar a detectar si el cáncer de pulmón se ha extendido al hígado o a los huesos, así como para diagnosticar ciertos síndromes paraneoplásicos.

TRATAMIENTOS

La elección de tratamiento dependerá de la etapa y de la extensión del cáncer, del tamaño del tumor o el tipo de cáncer de pulmón. Las principales opciones son:

Cirugía

El objetivo de la cirugía es la extirpación del tumor y los ganglios linfáticos cercanos en el tórax. Si el paciente tiene cáncer de pulmón de células no pequeñas, los especialistas recomiendan que durante la operación se realice una lobectomía pulmonar (la extirpación del lóbulo pulmonar completo), incluso si el tumor es pequeño. El periodo de recuperación después de la cirugía depende de la cantidad extirpada y de la salud del paciente antes de realizar la operación.

Radioterapia

La radioterapia consiste en la aplicación de dosis de radiación graduadas dirigidas para destruir las células cancerosas y reducir el tamaño del tumor. Desde la SEOM especifican que este tipo de terapia, al igual que con la cirugía, no se utiliza para tratar cánceres diseminados porque la radiación también daña las células que no son cancerosas.

Quimioterapia

Esta opción se utiliza para destruir las células cancerosas en todo el cuerpo. La mayoría de los medicamentos se suelen aplicar por vía intravenosa. Los medicamentos que se utilizan en este tratamiento también pueden dañar las células normales del cuerpo y puede provocar que el paciente presente un recuento bajo de glóbulos rojos, blancos, plaquetas y alto riesgo de infección. Además, los pacientes pueden tener efectos secundarios como pérdida de cabello, llagas en la boca, náuseas, vómitos y fatiga.

Dra. Marta Castro | Servicio de Neumología

HSR Las Palmas | CCEE Néstor de la Torre

 

 

 

 

 

 

 

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