Mujer y enfermedad cardiovascular

Según el último informe del Instituto Nacional de Estadística, publicado el 27 de febrero de 2017, el grupo de enfermedades del sistema circulatorio se mantiene como la primera causa de muerte en nuestro país, con una tasa de mortalidad de 267,6 fallecidos por cada 100.000 habitantes. Esto supone un incremento de un 5,8% de muertes por enfermedad cardiovascular, principalmente enfermedad isquémica cardíaca (infarto de miocardio, angina...) y enfermedad cerebrovascular.

En el análisis por sexos, en contra de la idea extendida en la población general, es en la mujer donde la enfermedad cardiovascular se posiciona como primera causa de muerte, cobrándose 286,9 muertes por cada 100,000 mujeres. Los varones por el contrario fallecen más por enfermedad tumoral y la enfermedad cardiovascular se establece como la segunda causa de mortalidad.

La concienciación tanto a nivel social como profesional sobre la repercusión de esta enfermedad en la mujer, considerada durante mucho tiempo como exclusiva de los hombres, es fundamental, con el fin de evitar la aparición de una enfermedad que puede presentarse por primera vez como una muerte súbita, sin haber presentado el paciente ningún síntoma con anterioridad, situación que se produce en un número importante de casos.

Por otra parte, adicionalmente a los factores de riesgo establecidos para ambos sexos como son la edad mayor de 55 años, la presencia de hipertensión, niveles elevados de colesterol, diabetes, enfermedad renal crónica, el tabaquismo, la obesidad o un estilo de vida sedentario, se han identificado factores de riesgo exclusivos en la mujer. En el periodo de la posmenopausia por ejemplo, y cuyo papel en la enfermedad cardiovascular continúa siendo objeto de estudio, se ha constatado un  drástico aumento del riesgo de presentar un evento cardiovascular. Así mismo, se observa en este ciclo caracterizado por el déficit de estrógenos, una mayor incidencia de estrés, tendencia a la depresión, sobrepeso, hipertensión arterial, hiperglucemia y alteraciones lipídicas. Otros condicionantes de riesgo cardiovascular restringidos al sexo femenino son  la menarquia precoz (primera regla a los 10 años o antes), la menopausia precoz (antes de los 45 años), el uso de anticonceptivos orales, las complicaciones durante el embarazo como la hipertensión (preeclamsia) o diabetes gestacional y otras patologías como el síndrome del ovario poliquístico que se relaciona con mayor riesgo de desarrollo de diabetes

En cuanto a otros de los factores de riesgo cardiovascular clásicos ya mencionados y no exclusivos de la mujer, tienen también sus peculiaridades en este grupo. En el caso del  tabaquismo aumenta aún más las posibilidades de padecer un evento cardiovascular cuando se combina con la toma de anticonceptivos orales. La hipertensión o la diabetes asociadas a la menopausia son otras de las patologías a tener en consideración. En cuanto a la hipertensión, su    presencia en la posmenopausia tiene mayor repercusión a nivel de los llamados órganos diana como son el cerebro, el corazón, los riñones o las arterias. También la presencia de diabetes en la posmenopausia es mayor comparada con la población general, asociado al sobrepeso y a la alteración del metabolismo de la glucosa producido por el déficit estrogénico que conlleva un aumento de la resistencia a la insulina.

Por todo ello, se hace imprescindible desarrollar estrategias de prevención específicas para esta población. A nivel internacional se han desarrollado programas como “Go Red for Women” de la American Heart Association y “Women at Heart” de la Sociedad Europea de Cardiología. A nivel nacional La Sociedad Española de Cardiología formó en 2006 un Grupo de trabajo específico sobre la Enfermedad Cardiovascular en la mujer. 

Nuestro grupo, Hospitales San Roque, con su Unidad de Riesgo Cardiometabólico del Servicio de Medicina Interna de Hospitales San Roque en Las Palmas, se une a estas iniciativas para promover el diagnóstico precoz de la enfermedad cardiovascular en la mujer, ofreciendo un estudio completo de prevención de riesgo cardiovascular que incluye una novedosa evaluación no invasiva del estado de rigidez arterial del sujeto (endurecimiento vascular por el envejecimiento que aparece de forma prematura asociado a distintos factores de riesgo vascular).

Susana Tello, responsable de la Unidad de Riesgo Cardiometabólico de Hospitales San Roque Las Palmas

Más información sobre el servicio aquí.

 

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