Recomendaciones relacionadas con alergias, catarros y resfriados de la época otoñal

Aunque han tardado un poco en llegar, ya están aquí las características meteorológicas del otoño, la estación por excelencia de las afecciones relacionadas con el aparato respiratorio, entre otras. Catarros y gripes proliferan, gracias a sus facilidades de contagio, a lo que se suman las alergias que tan molestas pueden ser. Aprovechamos estos inicios del mes de noviembre para ponernos al día con la información y recomendaciones relacionadas con estas patologías.

Enfermedades respiratorias

Las particularidades climáticas de Canarias inciden de manera determinante en las enfermedades respiratorias. Con el paso del verano al invierno se favorece las enfermedades respiratorias porque baja la temperatura y por la disminución de la humedad relativa. En esta época del año aumentan de "forma importante" este tipo de patologías, sobre todo las infecciones virales.

Los pacientes respiratorios crónicos —por ejemplo, asmáticos o con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)— que tienen medicación inhalada de forma mantenida se le aconseja no abandonar el tratamiento pausado en esta época aunque se encuentren bien o no lo consideren necesario. Sino todo lo contrario, reforzarlo. Ante síntomas como asfixia, sensación de sibilancias o pitos en el pecho acuda el médico.

En el caso de los niños, las aulas de guarderías, colegios e institutos se convierten en un excelente caldo de cultivo donde los virus se contagian y proliferan en forma de resfriados y catarros.

Los niños más pequeños y lactantes se pueden ver afectados con mayor de frecuencia cuadros de bronquiolitis, que son cuadros respiratorios más graves pues puede haber dificultad para respirar y aumenta la tos y las secreciones. En estos casos muchas veces necesitan incluso ingreso hospitalario. Se trata de un cuadro vírico que provoca que se cierren los bronquios. Hay que diferenciarlo de un simple catarro con mocos. Requiere estar atentos a si aumenta la tos, aparecen 'silbidos', presentan dificultad para respirar o comienzan a aparecer síntomas de cansancio.

 

¿Cómo distinguir el catarro de la gripe?

La gripe es causada por el virus de su mismo nombre mientras que en caso de catarros y refriados el agente actuante es un rinovirus o coronavirus.

El síntoma que nos da la clave para diferencia la gripe del resfriado o catarro en la fiebre, que en las gripes suele aparecer alta mientras que no se manifiesta si se trata de un catarro.

El virus de la gripe se incuba en un periodo de entre 18 y 36 horas y su aparición e repentina y brusca. Cursa con fiebre, dolor de cabeza, tos seca, dolor muscular e intenso malestar en general. La gripe se puede agravar o complicar en pacientes con patologías previas.

En el caso del catarro o resfriado, el virus causante se incuba en un periodo de entre 48 y 72 horas, y la enfermedad cursa con irritación ocular, picor de garganta, congestión y secreción nasal, estornudos, malestar y cansancio.

En ambos casos la enfermedad se prolongará entre 7 y 10 días.



Las alergias de otoño

Con la llegada del otoño se incrementan también las alergias respiratorias. Las temperaturas suaves y la alta humedad hacen que los alérgenos como los hongos y los ácaros proliferen en esta época. Además, la etapa otoñal propicia las reagudizaciones respiratorias al aumentar las infecciones víricas.

El aumento de la humedad ambiental y la bajada de temperaturas provoca que cerremos las ventanas haciendo que nuestros hogares se ventilen menos, y por tanto aumente la proliferación de los ácaros.

Entre las de mayor prevalencia nos encontramos con:

Rinitis alérgica: Es una reacción de la mucosa de la nariz después de una exposición a ciertos alérgenos, como los ácaros del polvo.

Asma alérgica: Es secundaria a alérgenos como ácaros, pólenes, epitelios de animales, hongos, etc.

Alergias alimentarias: En el caso de los más pequeños, la alimentación fuera de casa y el incremento de probabilidad de exposición ante alérgenos alimentarios, hace que el otoño sea una época en la que se den estas alergias.

Alergias a mascotas: De igual manera que en el caso de los ácaros y los hongos, el descenso de las temperaturas hace que permanezcamos más tiempo en casa, y que, por ello, exista una exposición más intensa a estos alérgenos.

Dermatitis atópica: El otoño en sí mismo no tiene por qué empeorar sus síntomas, pero el regreso a la ciudad después del verano, el uso de ciertos textiles o el frío, entre otros factores, suele provocar que la dermatitis atópica vuelva a manifestarse de forma más aguda en esta época.

 

Los virus no se tratan con antibióticos

Cada vez más la ciudadanía es consciente de que los virus que causan gripes, catarros y resfriados no se tratan con antibióticos pues su función es única y exclusivamente luchar contra las bacterias.  En el caso de las gripes y catarros los virus causantes son aplacados por el propio organismo. Sólo se aconseja la toma de medicamentos que ayuden a sobrellevar los síntomas como mucolíticos o antitérmicos.

Se trata de una cuestión de especial importancia porque el mal uso de antibióticos está causando resistencia en la población por lo que pierden eficacia en la lucha contra las enfermedades.

La resistencia a los antibióticos ocurre cuando las bacterias cambian y se vuelven resistentes a los antibióticos usados para tratar las infecciones que ellas causan. El uso excesivo e indebido de los antibióticos aumenta el desarrollo de bacterias resistentes, y una nueva encuesta efectuada en varios países revela que hay confusión entre las personas con respecto a esta grave amenaza para la salud pública, sin entender cómo prevenir que siga aumentando.

Hay que ser conscientes de que los antibióticos son un recurso de gran valor que debe conservarse. Deben utilizarse para tratar las infecciones bacterianas solamente cuando los recete un profesional de la salud debidamente autorizado. Los antibióticos jamás deben compartirse, el tratamiento recetado debe completarse íntegramente y no se deben guardar para el futuro los antibióticos que sobren.

 

 

Y recuerda, las personas somos distintas, y las soluciones que funcionan para unas pueden no ser de aplicación para otras o incluso contraproducentes. En caso de aparición de los síntomas, o de dudas sobre cómo afrontarlos, acuda a los servicios sanitarios que ofrece Hospitales Universitarios San Roque, tanto en Las Palmas de Gran Canaria, como en Maspalomas. Podemos ayudarte.

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