Un día para concienciarnos sobre los Trastornos del Espectro Autista

La tasa del autismo en todas las regiones del mundo es alta y tiene un terrible impacto en los niños, sus familias, las comunidades y la sociedad. Con este punto de partida, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró por unanimidad el 2 de abril como Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo para poner de relieve la necesidad de mejorar la calidad de vida de los niños y adultos autistas para que puedan tener una vida plena y digna.

¿Qué es el autismo?

El autismo o, más correctamente, los Trastornos del Espectro Autista (TEA), son una serie de trastornos que afectan al desarrollo de las habilidades sociales y de comunicación de quien los padece. Por lo tanto, al hablar de forma genérica de autismo se está haciendo relación a un conjunto de alteraciones semejantes, pero cuya expresión clínica puede presentar grandes variaciones entre unas personas y otras.

¿Cuáles son las causas del autismo?

Las causas exactas de la aparición de un trastorno del espectro autista son desconocidas. Sin embargo, sí se conoce que existe un trastorno físico del cerebro, unido a unas características bioquímicas anormales en el mismo. Desde hace ya muchos años, los investigadores han sugerido la hipótesis de que existe un componente genético en el que pueden estar implicados muchos genes diferentes. Otros factores que se han sugerido a lo largo de los años no han podido ser demostrados, por lo que actualmente se considera que los TEA son una patología de origen desconocido con un componente hereditario.

¿Hay diferentes tipos de autismo?

Los trastornos del espectro autista engloban una serie de afecciones que comparten algunos rasgos comunes y, también, presentan diferencias. Así, este término engloba diferentes entidades que solían diagnosticarse por separado, como el trastorno autista, el síndrome de Asperger, el trastorno desintegrativo infantil o el trastorno generalizado del desarrollo.

¿Son muy frecuentes los trastornos del espectro autista?

Las cifras de frecuencia de los TEA han ido variando a lo largo de los años. Aunque inicialmente se pensaba que el autismo era infrecuente y que afectaba a 1 de cada 2500-3000 niños, actualmente se acepta que alrededor de 1 de cada 250-300 niños puede tener algún grado de trastorno. Sin embargo, muchos de estos casos son leves y no dificultan la integración social del niño. Así, basándonos en los últimos trabajos publicados, se puede considerar que los trastornos del espectro autista afectan aproximadamente al 0,6% de la población general. Esto significa que en España podría haber unas 250.000 personas con autismo.

¿Cuáles son las manifestaciones principales?

Suelen comenzar a manifestarse en la infancia, habitualmente a partir de los 18-24 meses. Inicialmente, los padres notan que los niños tienen dificultades para interactuar con otros niños al jugar, para relacionarse y en los aspectos de la comunicación, tanto verbal como no verbal. Aunque estos son los rasgos generales, dichos síntomas pueden variar de intensidad. Además, no todos los niños presentan los mismos síntomas, puesto que existen diferencias entre las distintas entidades que engloban los trastornos del espectro autista. En ocasiones pueden predominar inicialmente ciertos trastornos del comportamiento, como los ataques de ira intensos e injustificados; que el niño se dedique solo a un solo tema o tarea, con dificultad para pasar a otra diferente; que el niño presente movimientos corporales repetitivos; o que tenga una importante agresividad.

¿Cómo se diagnostica?

Actualmente no hay ninguna prueba diagnóstica específica que permita el diagnóstico de un TEA. Por lo tanto, el diagnóstico se basa en una adecuada valoración clínica. De forma ideal, la evaluación y diagnóstico de los niños con trastorno del espectro autista se debe realizar por equipos multidisciplinares, en los que participen pediatras, neurólogos, psiquiatras y neuropsicólogos entre otros especialistas. Esto permite un abordaje desde diferentes estrategias y perspectivas.

¿Cómo se tratan?

Tampoco existe en la actualidad ningún tratamiento orientado hacia la causa del trastorno del espectro autista. Sin embargo, esto no significa que no se pueda ofrecer medidas para mejorar la funcionalidad, integración y calidad de vida de los niños afectados. De forma ideal, se debe ofrecer tratamiento con psicoterapia conductual y cognitiva, así como rehabilitación y terapia del lenguaje y del habla. Además, en determinadas ocasiones puede ser necesario el uso de medicamentos para el control de la impulsividad, la agresividad, la hiperactividad, las dificultades de concentración o la dificultad para dormir, entre otros. Se han publicado muchos remedios o curas “milagrosas” para el autismo, sin una base científica probada. Por eso, lo más importante es que, ante la sospecha de que un niño pueda tener un trastorno del espectro autista, se busque el consejo de un profesional cualificado que pueda orientar y servir de guía en el diagnóstico y tratamiento de estos problemas.