Tratamientos

La cirugía laparoscópica es una técnica empleada para dar solución a múltiples enfermedades. Su uso es común en diferentes especialidades como la cirugía digestiva, ginecológica, urológica, pediátrica, etc. Para llevarla a cabo, el cirujano utiliza una pequeña cámara llamada laparoscopio, la cual introduce dentro del abdomen a través de unos pequeños orificios.

Las incisiones realizadas son mínimas: 3 o 4 pequeños orificios de 0,5 a 1 centímetro. A través de ellas se introducen los instrumentos necesarios para realizar la operación. Los órganos que componen la cavidad abdominal se muestran en un monitor, ofreciendo las imágenes recogidas por la micro-cámara, y el cirujano puede guiarse a través de ellas para llevar a cabo los distintos procedimientos.

Aunque la cirugía laparoscópica presenta numerosas ventajas (ausencia de grandes cicatrices, posibilidad de hacer zoom sobre los órganos internos para mejorar la visibilidad del cirujano, menor pérdida de sangre, etc.), no todos los pacientes son aptos para someterse a esta técnica. Los especialistas deberán, por tanto, realizar una valoración previa para descartar cualquier factor de riesgo, como la obesidad mórbida o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica severa.