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Cáncer ginecológico

Hay diferentes tipos de cáncer ginecológico dependiendo del órgano al que afecten. Algunos son asintomáticos o producen síntomas que pueden relacionarse con otras patologías por lo que es importante realizarse exploraciones periódicas al menos una vez al año. Cuanto más precoz sea la detección del tumor, mayores probabilidades habrá de curación. Aunque no existe un método de prevención específico, sí se recomienda llevar una dieta sana, practicar ejercicio y una buena higiene sexual.

CÁNCER DE CÉRVIX UTERINO

Es uno de los cánceres más frecuentes dentro de los ginecológicos. El virus del papiloma humano o VPH, infección de transmisión sexual, juega un papel importante en la mayoría de los casos.

La mayoría de los tumores proceden de las células que recubren el cuello uterino; los que proceden de células glandulares del canal endocervical se denomina adenocarcinomas.

Los síntomas a los que hay que prestar atención son: sangrado genital, flujo vaginal sanguinolento o maloliente y dolor pélvico. La mitad de los cánceres de cuello uterino ocurren entre los 35 y 55 años de edad. La citología cervicovaginal y el test de Papanicolau son métodos de prevención que han reducido drásticamente la mortalidad en este tipo de cáncer.

Con todo, dependiendo de la extensión del tumor, el tratamiento puede abarcar desde la extirpación localizada del tumor hasta cirugías más radicales complementadas con quimioterapia o radioterapia.

CÁNCER DE OVARIO

El cáncer de ovario aparece habitualmente después de la menopausia aunque no de manera exclusiva. En este caso, la gravedad varía mucho dependiendo si se ha extendido o no fuera del ovario. Puede darse también en mujeres jóvenes con antecedentes familiares de cáncer de mama u ovario como consecuencia de una mutación en el gen BRCA. Esta mutación hace más frágil al propio tumor y nos permite destruirlo más fácilmente. Otra opción en las mujeres con esta predisposición sería la extirpación de los ovarios y las trompas.

En la enfermedad avanzada, las pacientes pueden recaer, y el pronóstico en estos casos depende del intervalo libre de enfermedad y por tanto de la sensibilidad a quimioterapia. En muchas ocasiones, se ha conseguido convertir esta patología en una enfermedad crónica de larga evolución.

¿Cuáles son los síntomas más habituales?

✓ Hinchazón abdominal

✓ Malas digestiones

✓ Ganas de orinar frecuentes

✓ Pérdida de peso sin justificar

✓ Alteraciones menstruales

CÁNCER DE ÚTERO

Aunque en el útero pueden aparecer diferentes tipos de tumores, el más frecuente es el adenocarcinoma de endometrio, que es la mucosa que recubre el interior del útero. Este tipo de cáncer suele estar localizado dentro del útero por lo que las posibilidades de curación son altas. Es más frecuente después de la menopausia y poco frecuente en mujeres menores de 40 años.

Los síntomas en las fases iniciales, facilitan el diagnóstico precoz y, por lo tanto, el tratamiento para su total curación. Estos síntomas son el sangrado vaginal, flujo vaginal marronáceo y dolor pélvico.

En el diagnóstico del cáncer de útero se realiza, en primer lugar, una historia clínica completa y una exploración ginecológica detallada. Como las ecografías transvaginales son una práctica habitual en los controles ginecológicos rutinarios que debe hacerse la mujer, se pueden detectar en estadios muy iniciales. Este tipo de ecografías permite ver las características y grosor del endometrio. Si el endometrio fuera sospechoso se realiza una biopsia para descartar la presencia de un cáncer de útero.