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Diabetes

La diabetes es una afección del páncreas que le imposibilita para crear el volumen de insulina adecuada. Existen varios tipos de diabetes y otras tantas complicaciones producidas por esta.

DIABETES GESTACIONAL

Durante el embarazo se produce una suave elevación del azúcar en sangre, fundamentalmente por la acción de una hormona que se genera en el estado gestacional, el lactógeno placentario. Esta hormona genera resistencia a la acción normal de la insulina lo que produce que aumente así la concentración de azúcar en la sangre.

Las pacientes con diabetes gestacional no tiene por qué haberlo sido antes del embarazo. En todos los casos necesitan tratamiento y seguimiento para controlar sus niveles de azúcar.

Existen circunstancias que aumentan el riesgo de padecer diabetes gestacional y conviene conocerlos:

- Antecedentes familiares de diabetes

- Embarazo después de los 35 años

- Un parto anterior con un bebé de más de 4 kilos de peso

- Hipertensión arterial

- Sobrepeso u obesidad La diabetes gestacional aumenta el riesgo de sufrimiento fetal, macrosomía, muerte intrauterina, partos por cesárea y problemas neonatales.

DIABETES MELLITUS TIPO 1

La diabetes es una afección crónica que aparece cuando el páncreas no es capaz de producir suficiente insulina o cuando el organismo no consigue utilizar la insulina que produce. Se caracteriza fundamentalmente por la presencia de concentraciones elevadas de azúcar o glucosa en sangre (hiperglucemia ).

Dentro de la diabetes Mellitus (DM) tipo 1 se distinguen dos tipos: la DM tipo 1a, de origen autoinmune; y la DM tipo 1b, de carácter idiopático (sin causa conocida). En la de origen autoinmune se destruyen las células beta del páncreas que son las encargadas de producir la insulina por lo que el organismo no puede metabolizar correctamente los hidratos de carbono, grasas y proteínas.

La DM tipo 1 es especialmente grave si hay una elevación incontrolada de glucosa en sangre y de cuerpos cetónicos. Estos últimos se producen en el hígado por un exceso de grasas liberadas al torrente circulatorio en situaciones de gran insulinodeficiencia. Sin el tratamiento adecuado puede ser mortal si llega al llamado coma cetoacidótico.

El desencadenamiento de este ataque autoinmune se produce por una combinación de factores genéticos y ambientales. Entre los factores ambientales, los virus parecen los candidatos más probables.

DIABETES MELLITUS TIPO 2

La diabetes mellitus tipo 2 o no insulino-dependiente supone el 80-90% de los casos de diabetes. El número de afectados por esta patología está aumentando en todo el mundo de forma acelerada. Es prácticamente asintomática en las fases iniciales por lo que dificulta su diagnóstico. Se calcula que la mitad de las personas con diabetes tipo 2, se encuentra sin diagnosticar.

La población de riesgo sería la formada por personas afectadas por:

- Obesidad. El 80% de los enfermos son obesos

- Antecedentes familiares

- Diabetes durante anteriores embarazos o niños con peso al nacer superior a 4 kg.

- Hipertensión arterial.

- Colesterol o triglicéridos elevados.

- Antecedentes de alteraciones de la glucosa en sangre.

El tratamiento se basa fundamentalmente en una alimentación equilibrada, práctica de ejercicio físico regular y tratamiento farmacológico.

HIPERGLUCEMIA

El exceso de los niveles de glucosa en sangre tiene como consecuencia la producción de cuerpos cetónicos en el organismo. Los cuerpos cetónicos se producen en el hígado por la degradación de las grasas liberadas al torrente sanguíneo en situaciones de gran deficiencia insulínica.

Por eso, es importante realizar controles periódicos de la glucemia en casa y cada cierto tiempo, cuando lo indique su médico, será necesario controlar la hemoglobina glicosilada para valorar si la diabetes está dentro de límites aceptables.

Síntomas. En una primera fase puede aparecer un síndrome clásico que consiste en polidipsia (aumento de la sensación de sed), poliuria (aumento de la cantidad de orina), polifagia (aumento del apetito) y pérdida de peso, a pesar del aumento de apetito.

También pueden aparecer infecciones de repetición, mala cicatrización de heridas, prurito (picor), neuropatía, enfermedad coronaria o vasculopatía, sobre todo si aparecen en pacientes menores de 45 años.

HIPOGLUCEMIA

La hipoglucemia se define como el síndrome clínico que aparece en aquellas situaciones en las que las concentraciones de glucosa en sangre se sitúan por debajo de 50 mg./dl.

El diagnóstico de la hipoglucemia es muy sencillo, simplemente hay que determinar el nivel de glucosa en sangre bien mediante una tira reactiva por punción en la yema del dedo o bien, con más detenimiento, mediante una analítica. Ante la sospecha de hipoglucemia hay que administrar azúcar al paciente.

Como primera norma debe saber que ante la sospecha de una hipoglucemia debe tratarse como tal, es preferible administrar azúcar cuando los niveles de glucosa no están bajos que dejar de hacerlo cuando así sea. Los síntomas más habituales son la aparición de cuadros de ansiedad, irritabilidad y/o dolor de cabeza, sudoración y pérdida de conocimiento.

NEFROPATÍA DIABÉTICA

La nefropatía diabética es el nombre que se da a las alteraciones en el riñón que se producen en personas con diabetes cuando su control de la glucosa en sangre no ha sido adecuado. Forma parte de las complicaciones crónicas de la diabetes mellitus.

Esta dolencia es la responsable de cerca del 30% de los enfermos en diálisis periódica y la primera causa de trasplante renal en los países occidentales. Puede decirse que la nefropatía diabética es prácticamente irreversible. Es, por tanto, importantísima su detección precoz y evitar su progresión cuando se diagnostica.

Para el diagnóstico inicial es necesario determinar la cantidad de albúmina eliminada en 24 horas y el funcionamiento del riñón verificando ciertos parámetros en sangre. La presencia de microalbuminuria es un signo de nefropatía incipiente.

El síntoma de la nefropatía es la insuficiencia renal. El estricto control de la glucemia en sangre y de la tensión arterial consiguen frenar o retrasar la evolución de la enfermedad.

NEUROPATÍA DIABÉTICA

La presencia de niveles inadecuados de glucosa en sangre y otros factores que concurren en la diabetes altera las fibras nerviosas de cualquier localización dando lugar a un grupo de trastornos que presentan características específicas según los nervios afectados y se denominan en conjunto neuropatías diabéticas.

Al menos existen tres grandes tipos: neuropatía sensitivo-motora (las formas más típicas y frecuentes), neuropatía autonómica y mononeuropatías. Las alteraciones de las fibras nerviosas son variadas. Pueden presentar estos síntomas: pérdida de sensibilidad y digestiones lentas y pesadas.

PIE DIABÉTICO

El pie diabético cuando niveles inadecuados de glucosa en sangre y otros factores que concurren con frecuencia en personas con diabetes provocan un daño en los vasos y nervios que pueden producir complicaciones a medio-largo plazo. Dos de los riesgos de estos pacientes son la disminución de la sensibilidad y la mala circulación del pie, que pueden derivar en la formación de una úlcera, algunas veces graves, y que es la principal causa de una posible amputación.

RETINOPATÍA DIABÉTICA

Al igual que en el resto de complicaciones crónicas de la diabetes mellitus, la presencia de niveles de glucosa inadecuados en sangre durante años condiciona alteraciones en los vasos sanguíneos de la retina que originan daño en este tejido ocular. Esto recibe el nombre de retinopatía diabética. El paciente experimenta una disminución de la agudeza visual que, en algunos casos, puede llegar a la ceguera. La clave de la retinopatía diabética es un diagnóstico precoz, ya que tiene muy buen tratamiento actualmente si se diagnostica al comienzo. Por este motivo, son muy importantes las revisiones periódicas con el oftalmólogo.