Día Mundial sin Tabaco
Una gran mayoría de la mortalidad por tabaco es atribuida a enfermedades respiratorias. Se puede asegurar que el consumo de tabaco es causante de un buen número de procesos respiratorios y que agrava la práctica totalidad de los mismos. El consumo de tabaco es causante de múltiples enfermedades respiratorias, tanto es así, que no se comprendería una correcta atención terapéutica a los portadores de estas enfermedades sin que se acompañase de una adecuada intervención terapéutica sobre el tabaquismo que la mayoría de ellos padece. Se entiende, así, el tabaquismo como una enfermedad, crónica y recidivante, que forma parte integrante del conjunto de patologías que deben ser atendidas por los especialistas en Neumología, más información sobre el servicio aquí.
El tabaquismo es una enfermedad adictiva crónica, en el 80% de los casos se inicia antes de los 20 años de edad, que se mantiene merced a la dependencia que produce la nicotina. En España más de 12 millones de personas son fumadoras. Un 24% de los españoles se declaran fumadores diarios. El grupo de edad entre 25-34 años registra mayor número de fumadores. El tabaco es la principal causa de muerte prematura. Causa 60.000 muertes anuales y más de 160 muertes cada día.
No nos podemos olvidar del tabaquismo pasivo. Respecto de los riesgos del tabaquismo pasivo (exposición de no fumadores al humo del tabaco en espacios cerrados), se ha comprobado un aumento del riesgo, tanto de enfermedades respiratorias, como asma bronquial, EPOC y cáncer de pulmón, como de enfermedades cardiovasculares en estos individuos. En conclusión, existen evidencias epidemiológicas del incremento de la morbimortalidad en diferentes enfermedades (sobre todo respiratorias, cardiovasculares y oncológicas) en relación con el tabaquismo, que tienen un amplio respaldo en la investigación experimental y clínica.
PATOLOGÍA ASOCIADA AL CONSUMO DE TABACO
De los estudios epidemiológicos disponibles actualmente se deduce, sin duda alguna, el papel fundamental que ejerce el tabaco como agente etiológico en el desarrollo de numerosas enfermedades. Muchas y muy variadas son las patologías relacionadas con el hábito de fumar, habiéndose asociado hasta ahora con más de 25, lo que representa uno de los factores de riesgo más importantes para la salud de la población, siendo la principal causa de muerte prematura y evitable. En los últimos años la investigación sobre el tabaquismo ha sido numerosa, generando la vasta literatura publicada sobre el tema (más de 70.000 artículos e informes emitidos); ello ha motivado que, en la actualidad, nadie ponga en duda ni cuestione los efectos nocivos que el hábito de fumar tiene sobre nuestra propia salud y la de los que nos rodean. La tasa de mortalidad es superior en fumadores que en no fumadores. La mayoría de las muertes fueron debidas a las cuatro patologías más frecuentemente relacionadas con el tabaco: carcinoma broncogénico (26,5%) EPOC (20,9%), enfermedad cardiovascular (12,8%), y enfermedad cerebrovascular (9,2%).
TRATAMIENTO DEL TABAQUISMO
Según numerosos estudios, la mitad de los fumadores desearía dejar de serlo. Sin embargo, sólo algunos lo intentan, y pocos de ellos lo consiguen a la primera. La ayuda profesional triplica al menos la probabilidad de éxito, potencia el papel ejemplarizante y mentaliza al propio profesional de la salud de la importancia del problema. La situación es favorable: la población está tomando conciencia y comienza a demandar ayuda. La mayoría todavía no sabe que puede pedir ayuda a su médico. Es cuestión de tiempo.
El consejo para dejar de fumar que se realiza de forma seria, breve, clara, sencilla y personalizada, debe realizarse siempre que se tenga la oportunidad de tratar a un paciente fumador por cualquier motivo. Este tipo de intervención produce un incremento significativo en el índice de abstinencia, consiguiendo en términos absolutos que el 2,5% de los fumadores dejen de serlo, lo que, siendo un porcentaje escaso, no deja de tener gran importancia si tenemos en cuenta que, al menos aproximadamente, el 60% de los fumadores tienen al menos un contacto anual con el sistema sanitario.
- Fase de preparación. En esta fase es importante generar en el grupo de tratamiento y en cada individuo la idea de que es posible dejar de fumar, y de que entre todos será más fácil conseguirlo. Hay que ofrecer una información veraz sobre las consecuencias del tabaco para la salud, incluyendo información socio-sanitaria relevante, sobre los principios básicos de la adicción física a la nicotina y el componente comportamental del tabaquismo, así como relativa al síndrome de abstinencia.
- Fase de abandono. Completada la fase de preparación se pasa a la fase de abandono, en la que se acuerda una fecha para dejar de fumar (día D). En esta fase, además de prescribir el tratamiento farmacológico que se considere adecuado en cada caso, se debe efectuar un entrenamiento en técnicas de autocontrol de ansiedad, insistiendo en la identificación de los momentos en los que es más fácil fumar y las conductas alternativas que cada uno puede adoptar (entrenamiento en resolución de problemas). También resulta útil enseñar principios básicos de manejo de estrés, como control de la respiración y técnicas de relajación. El tratamiento de la dependencia física y la tolerancia se puede realizar mediante la reducción progresiva del consumo, seleccionando situaciones en las que no se va a fumar, con dificultad progresiva, que son la oportunidad para ir aplicando y afianzando las estrategias antes mencionadas. En esta fase son también muy importantes los registros y autorregistros.
- Fase de mantenimiento. En esta fase se hace imprescindible insistir en la necesidad de reconocer los factores o momentos que pueden favorecer las recaídas para poder enfrentarlos con éxito. Para ello se deben identificar las situaciones de riesgo y planear las conductas con las que se van a afrontar dichas situaciones, también es útil describir y conocer los síntomas típicos del síndrome de abstinencia, para saber reconocerlos y enfrentarlos adecuadamente, tratando de afianzar en cada momento las ideas positivas y la percepción de que el deseo de fumar se puede controlar, es, asimismo, importante transmitir la idea de que una recaída es un accidente previsible, y que en modo alguno supone un fracaso completo, sino un hecho que se puede superar.
TRATAMIENTO PARA DEJAR DE FUMAR
Los programas de tratamiento del tabaquismo se han hecho más complejos, multicomponentes, integrando diversas técnicas. El tratamiento es diferente para cada fumador y depende fundamentalmente de la motivación que éste tenga para abandonar definitivamente el consumo. Aquellos fumadores que están dispuestos a realizar un serio intento para dejar de fumar pueden recibir dos tipos de intervenciones: una conductual-cognitiva encaminada a combatir la dependencia psíquica y otra farmacológica, para aliviar la dependencia física a la nicotina.
En principio, el tratamiento farmacológico se usa para aliviar los síntomas del síndrome de abstinencia nicotínica (SAN) que aparecen en la persona fumadora cuando interrumpe su consumo de tabaco al dejar de fumar. Como norma general, el tratamiento se suele mantener entre 8- 12 semanas (periodo en el que son relevantes los síntomas del SAN, que en general tienen 4 semanas de duración) aunque es importante, en este contexto, individualizar la duración del mismo. Los distintos tratamientos farmacológicos se pueden combinar entre sí en determinados supuestos
La terapia sustitutiva con nicotina (TSN) consiste en la administración de nicotina a un fumador que desea dejar de serlo, por una vía distinta a la del consumo de cigarrillos, en cantidad suficiente como para disminuir los síntomas del síndrome de abstinencia nicotínico. Dicho síndrome puede cursar con Irritabilidad, frustración o enfado (< 4 semanas) Insomnio/alteración del sueño (< 4 semanas) Ansiedad (puede aumentar o disminuir al dejar de fumar) Aumento de apetito o de peso (> 10 semanas) Inquietud o impaciencia (< 4 semanas) Disforia o depresión (< 4 semanas) Dificultad para concentrarse (< 4 semanas), etc.
La TSN está indicada en fumadores que estén dispuestos a realizar un serio intento de abandono y en los que no existan contraindicaciones. La utilización de uno u otro tipo de presentación de TSN dependerá de numerosos factores que deben ser considerados conjuntamente por el clínico y el paciente.
Existen varios tipos de TSN, dependiendo de la vía de administración de la nicotina: parches (vía transdérmica), goma de mascar o comprimidos para chupar (vía oral) y el inhalador (vía inhalatoria).
- Chicles de nicotina. Se trata de una goma de mascar que contiene entre 2 y 4 mg de nicotina unida a una resina de intercambio iónico, que permite que sea liberada lentamente a medida que el chicle es masticado. Es fundamental instruir al paciente sobre el uso correcto del chicle para conseguir resultados óptimos
- Comprimidos de nicotina. Se trata de una forma de TSN en la que, al ser chupados, se libera la nicotina progresivamente y se absorbe a través de la mucosa orofaríngea. Cada comprimido contiene un total de 1 mg de nicotina y dicha cantidad es la que se libera. Por tanto, los comprimidos de 1 mg son bioequivalentes a los chicles de 2 mg, ya que el chicle sólo libera 1,2 mg de nicotina y el resto queda en la resina. En ningún momento debe masticarse, sino dejar que se disuelva a modo de caramelo.
- Parches transdérmicos de nicotina. Se trata de un dispositivo de administración transdérmica que libera nicotina de forma lenta y continua, alcanzando niveles estables de nicotinemia en sangre. La liberación de la nicotina se realiza de manera progresiva, manteniendo niveles estables durante el tiempo de utilización. Existen parches de 24 horas y 16 horas de aplicación. Los parches de 24 horas se mantienen durante todo el día y liberan dosis de 21, 14 y 7 mg de nicotina y los parches de 16 horas se colocan durante el día y se retiran por la noche y liberan dosis de 15, 10 y 5 mg de nicotina. Los parches de 16-24 horas han demostrado similar eficacia.
- Inhalador bucal de nicotina. Este dispositivo se compone de dos piezas: una boquilla y un depósito que contiene 10 mg de nicotina y 1 mg de mentol, no está comercializado en España.
- Fármacos. tipo bupropion o vareniclina
Terapias combinadas con TSN La terapia combinada consiste en la combinación de dos sistemas de TSN, con diferente velocidad de liberación de nicotina. Uno de ellos liberará lentamente la sustancia, manteniendo unos niveles en sangre más o menos estables (parches), y el otro sistema será de liberación rápida (chicles, comprimidos o spray), lo que permitirá obtener picos de nicotinemia elevados en los momentos.
Bibliografía
- SEPAR
- NEUMOSUR
- NEUMOMADRID
Más información sobre el servicio aquí.
31-05-2021
Compartir:
