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Diabetes, la epidemia silenciosa
Según datos de la Sociedad Europea de Diabetes, 387 millones de personas en todo el planeta sufrían diabetes en 2014, mientras que 316 padecían intolerancia a la glucosa, la antesala de dicha enfermedad. En España, se cuantificaron 5,3 millones mayores de 18 años con diabetes tipo 2 (un 13,8%), de los cuales 2,3 millones desconocían padecer la enfermedad.

Diabetes, la epidemia silenciosa

Según datos de la Sociedad Europea de Diabetes, 387 millones de personas en todo el planeta sufrían diabetes en 2014, mientras que 316 padecían intolerancia a la glucosa, la antesala de dicha enfermedad. En España, se cuantificaron 5,3 millones mayores de 18 años con diabetes tipo 2 (un 13,8%), de los cuales 2,3 millones desconocían padecer la enfermedad. Pero, lejos de mejorar, la perspectiva de futuro es todavía peor: para el año 2035 se estima que habrá 205 millones diabéticos más en el mundo y otros 471 con intolerancia a la glucosa.

Canarias es el lugar con mayor índice de obesidad mórbida de toda Europa, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). La tasa de obesidad infantil registrada, más del 44% frente al 26% del resto de españoles, es tan alta que los expertos están hablando de «la mayor epidemia en lo que llevamos de siglo», una amenaza no sólo para la salud pública sino para la supervivencia del sistema de sanidad, ya que niños de 12 años con hipertensión y diabetes acarrearán de por vida una mortalidad por sobrepeso alarmante.

Básicamente, la diabetes es una enfermedad que afecta al modo en que el organismo procesa y utiliza los alimentos para conseguir energía, por lo que se puede considerar consecuencia de una alimentación inadecuada. Su síntoma principal son niveles de glucosa altos (azúcar) en sangre. Si esos altos niveles crónicos de azúcar no se tratan, se producen daños en todo el organismo. Una diabetes mal tratada tiene el riesgo de acabar produciendo ceguera, insuficiencia renal, neuropatías, incluso ataques cardiacos e ictus. Si no se trata, incluso la muerte.

Los síntomas se asocian a los altos niveles de azúcar e incluyen orina excesiva, sed intensa, apetito exagerado, pérdida de peso y aumento del riesgo de infecciones (especialmente infecciones de la piel y la vagina, por hongos y levaduras).

Como suele ocurrir con las enfermedades crónicas, la prevención resulta mucho más eficiente que el tratamiento. Las principales medidas para reducir el riesgo de sufrir diabetes o sus complicaciones son una dieta sana, un peso adecuado y el control riguroso de los niveles de azúcar y de los factores de riesgo cardiovascular.

Si ya se es diabético, es imprescindible seguir la medicación y acudir al médico regularmente para confirmar que está controlada.

Si quieres conocer el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, descúbrelo con este sencillo test de la Fundación para la Diabetes.

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