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Psicología de la obesidad
En la Obesidad las emociones juegan un papel fundamental, tanto como predisponentes para padecerla como consecuencia de tener problemas con el peso.

Psicología de la obesidad

Existe una relación directa entre Obesidad y ciertas emociones básicas con experiencia afectiva desagradable, como puede ser la tristeza, el miedo, la rabia…Pero el problema lo identificamos cuando estas emociones generan conductas de abandono hacia sí mismo, prescindiendo de la alimentación saludable, el ejercicio físico, etc. Se trata de emociones que producen unas consecuencias fisiológicas en el organismo y para contrarrestarlas se buscan muchas veces los efectos placenteros de ciertos alimentos, lo que genera con el paso del tiempo una adicción a ellos. 

Es lo que se considera “trastorno de adicción a la comida” y que incluye seleccionar alimentos llamados “confort” que aportan sensación de recompensa y de alivio del malestar. Esto ocurre porque existen una serie de alimentos, como los azúcares e hidratos de carbono refinados que generan efectos placenteros porque producen más serotonina, dopamina, opioides y endorfinas en el cerebro, con el consecuente alivio de los estados emocionales negativos. 

Esta adicción a la comida puede derivar también en trastornos alimenticios, como puede ser la Bulimia, Anorexia, Trastorno de Atracón, y en ocasiones la culpa tras la ingesta lleva conductas purgativas y auto lesivas, más información aquí.

Por otro lado, la obesidad es una de las enfermedades más estigmatizadas que existen en la actualidad, donde se culpabiliza al enfermo, lo que genera un rechazo social. Esto puede afectar a las relaciones personales, con el consiguiente aislamiento, depresión y por supuesto baja autoestima. 

El trabajo de la Psicología de la Obesidad en el equipo de Hospitales Universitarios San Roque consiste en la detección, el diagnóstico y el tratamiento de aquellas variables psicológicas relacionadas con la obesidad (relación de los pacientes con su propio cuerpo, la distorsión de su imagen, el comportamiento con la comida, su autoestima, sus relaciones personales, y su estilo de vida.)

Es fundamental por otro lado, descartar la existencia de posibles trastornos y comprender la función que la obesidad puede presentar en cada paciente.

La cirugía bariátrica o cirugía para la obesidad es uno más de los recursos usados para enfrentarse a esta enfermedad, sin embargo, no está exenta de riesgos y de la necesidad de tener un acompañamiento permanente de psicólogos, nutricionistas y endocrinólogos. Desde la consulta de psicología se trabaja tanto el preoperatorio como el postopeartorio. 

El paciente candidato a una cirugía bariátrica requiere una cuidadosa evaluación psicológica para valorar sus hábitos alimenticios y si existen trastornos de la conducta alimentaria, para testar la capacidad del paciente para entender en qué consiste la cirugía, los riesgos que conlleva y los cuidados que de por vida requerirá y descartar que existan trastornos mentales y rasgos patológicos de personalidad. Además, en el postoperatorio hay que trabajar los miedos e ideas e instaurar una nueva relación con la comida.

Con una cirugía de este tipo se pretende que los pacientes obesos pierdan peso y no vuelvan a recuperarlo y que no se acentúen problemas psicológicos previos a la cirugía. Por ello, es fundamental realizar una preparación y seguimiento del paciente. 

Más información sobre el servicio aquí

Maite Pérez, Psicología de la Obesidad.

 

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