Tratamientos

La quimioterapia es uno de los tratamientos más utilizados para los diagnósticos de múltiples tipos de cáncer. Consiste en el suministro de varios fármacos (denominados antineoplásticos o quimioterápicos) cuyo objetivo es la destrucción de las células tumorales y, por consiguiente, de reducir la enfermedad.

La duración y la frecuencia de la quimioterapia dependerá en gran medida del tipo de cáncer que desee tratarse, de los objetivos del tratamiento y de la respuesta del paciente ante el mismo.

La quimioterapia se regula a través de ciclos. Un ciclo es el periodo de tiempo que transcurre desde una administración del fármaco a la siguiente, incluyendo el periodo de descanso que se establece entre una dosis y otra. La forma de suministro más habitual es a través de un catéter colocado en el antebrazo o en la mano. Para realizar este proceso, el paciente debe acudir al centro médico, en donde debe permanecer unas horas mientras se suministra el tratamiento. Una vez finalizado, puede regresar a su domicilio hasta que tenga lugar el siguiente ciclo. Igualmente, la quimioterapia puede recibirse en forma de comprimidos o sobres que se consumen por vía oral. En este caso, el paciente solo debe acudir al hospital para el control periódico del tratamiento. Otras alternativas de administración son por vía intratecal, intraarterial, intraperitoneal, intramuscular, intralesional o tópica.

Para saber la efectividad de este tratamiento, el especialista solicita una serie de pruebas que permiten delimitar cómo responden las células cancerosas a la quimioterapia. En función de los resultados se establece la necesidad de continuar con nuevos ciclos o de probar otras alternativas médicas.