Tratamientos

Glosario de tratamientos

Tratamiento anticoagulante

Las embolias, las enfermedades valvulares, las trombosis… son dolencias causadas por una coagulación de la sangre. En este sentido, los anticoagulantes se perfilan como el mejor tratamiento disponible, ya que evitan este proceso de coagulación facilitando el correcto funcionamiento del sistema circulatorio.

Cuando se produce una trombosis en las extremidades inferiores o una embolia pulmonar, el tratamiento anticoagulante es el indicado. En la actualidad existen varios tipos, como las heparinas (las cuales se emplean en las primeras fases del tratamiento) y los pentasacáridos, los anticoagulantes orales (utilizados en tratamientos más largos) y los inhibidores directos de la trombina.

En cualquier caso, todas las opciones presentan ciertas limitaciones, ya sea por la vía de administración o por la necesidad de que el paciente pase por controles analíticos . Actualmente se está llevando a cabo una investigación para desarrollar nuevos inhibidores del factor X y de la trombina. Esto supondrá una clara ventaja para los pacientes con trombosis, pues podrán ser suministrados por vía oral y no requerirán monitorización. Hasta que estos nuevos tratamientos se hagan efectivos, el pentasacárido se configura como una de las alternativas más atractivas, especialmente para trombosis en cirugía ortopédica y en pacientes politraumatizados que requieren cirugía.

Por otro lado, los anticoagulantes orales implican que los pacientes deban pasar regularmente por controles. El Sintrom es el más conocido, y permite combatir las trombosis venosas de las piernas, la enfermedad valvular cardiaca, etc. En cuanto a la heparina “normal” (el tratamiento más común para las trombosis venosas), presenta la dificultad de que debe ser suministrada en régimen hospitalario por vía intravenosa.

Los tratamientos anticoagulantes presentan varios riesgos que los pacientes deben conocer. El más habitual es la posibilidad de sufrir una hemorragia, especialmente en pacientes mayores de 75 años y en función de la dosis suministrada. Otras complicaciones observadas son la hipersensibilidad a la heparina, la osteoporosis y un posible descenso en los niveles de plaquetas.