Enfermedades

El accidente cerebrovascular ACV o ictus es un trastorno en el flujo de sangre que llega al cerebro y que altera parte del mismo. Puede empezar de manera súbita o gradual pero en todos los casos es importantísimo acudir cuanto antes a un centro hospitalario. En general, los síntomas más habituales y reconocibles del ictus son dificultad para hablar, pérdida de fuerza en la mitad del cuerpo, pérdida de visión de un ojo, dolor de cabeza muy fuerte y distinto del habitual.

Si el ictus dura menos de 2 horas se llama accidente isquémico transitorio. En este caso, la circulación cerebral se recupera pronto y no hay merma en la capacidad funcional. Es importante reconocerlos ya que se puede evitar un infarto cerebral posterior.

Si no es así, podemos hablar de dos tipos de ictus o ACV:

• Infarto cerebral. Lo produce la obstrucción del flujo sanguíneo de una arteria lo que supone una disminución del riego sanguíneo en esa parte del cerebro. Sus consecuencias en el cerebro suelen ser graves y los síntomas producidos muy incapacitantes.
• Hemorragia o derrame cerebral. Provocado por la rotura de una arteria. Es vital recibir atención médica cuanto antes para aprovechar la plasticidad del cerebro y recuperar más fácilmente las funciones cerebrales que se hubieran visto afectadas.

La prevención a partir de los 45 años es básica. Algunos factores de riesgo: diabetes, colesterol, tabaquismo, enfermedades cardiacas, etc. Su control reduce drásticamente el riesgo de ictus.