Enfermedades

La artritis es una enfermedad articular inflamatoria. Estamos familiarizados en parte con ella ya que es frecuente ver a personas con lesiones en las articulaciones; la más visible, en las manos. Los dedos pierden movilidad y las manos adquieren un aspecto de rigidez típico en la artritis. En cualquier caso, esto es solo un ejemplo de una de sus manifestaciones ya que existen varios tipos de artritis:

- ARTRITIS ENTEROPÁTICA Se trata de una artritis asociada a diversas enfermedades intestinales crónicas (como la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa o la celiaquía). Pueden manifestarse síntomas musculoesqueléticos, como la afectación de articulaciones periféricas o de columna, cutáneo-mucosos, oftalmológicos, hematológicos o respiratorios.

- ARTRITIS PSORIÁSICA Es una inflamación articular asociada a una enfermedad de la piel denominada psoriasis. En la mayor parte de los casos, la artritis aparece años después de las lesiones cutáneas. Puede darse en pacientes sin psoriasis – aunque con antecedentes familiares- por lo que el diagnóstico se dificulta.

- ARTRITIS REACTIVA  En este caso la artritis está desencadenada por una infección bacteriana por lo que es necesario identificar el germen causante para dar con el tratamiento más adecuado. Generalmente, la infección bacteriana se localiza fundamentalmente en el tracto gastrointestinal y urogenital.

- ARTRITIS REUMATOIDE Se inflaman las articulaciones produciéndose dolor, deformidad y dificultad para el movimiento, aunque también puede afectar otras partes del organismo. La artritis reumatoide es crónica aunque con un tratamiento adecuado se consigue el control de esta enfermedad que es más frecuente en las mujeres.

La artritis produce una inflamación crónica en la membrana sinovial que es la bolsa que recubre la articulación, lo que produce en el paciente dolor y dificultad para el movimiento y acaba dañando muy rápidamente el hueso, el cartílago, los ligamentos y los tendones. El tratamiento contra la artritis intenta disminuir los síntomas y el dolor e impedir que se produzca un daño irremediable y permanente en las articulaciones afectadas.