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Desfibrilador implantable
Los pacientes con riesgo de sufrir arritmias ventriculares graves, o con fibrilación auricular, son susceptibles de someterse a este tratamiento, el cual permite implantar un desfibrilador en el organismo para evitar los efectos adversos de estas patologías.
La operación se realiza bajo anestesia local, aunque de forma puntual el paciente será sedado para comprobar, durante unos minutos, que el dispositivo implantando funciona sin contratiempos. Durante la intervención, los cirujanos colocan electrodos en la zona interna de las distintas cavidades cardíacas. Dichos electrodos permanecen de manera permanente en el interior del organismo y se conectan a un desfibrilador que se implanta bajo la piel, en la zona inferior de la clavícula derecha.
El funcionamiento del desfibrilador es sencillo. El aparato controla de manera continua el ritmo cardiaco del paciente y, al detectar una arritmia, aplica impulsos eléctricos para subsanarla.
Es importante señalar que estos impulsos son de diferentes modalidades, en función de las necesidades cardiacas. Así, si la arritmia no es muy grave, el desfibrilador aplica una estimulación antitaquicardia más suave, mientras que si la situación es de mayor gravedad se puede llegar a aplicar una cardioeversión mediante choque eléctrico.